Tipos de prismáticos y cuál escoger en función de su uso

Roberto Fernández
Roberto Fernández

A grandes rasgos, dos son los tipos de binoculares disponibles en el mercado. Bautizados como prisma de porro y prisma de techo, se diferencian principalmente en el tipo de prisma que utilizan para amplificar la imagen. Los primeros son más luminosos y suelen transferir mejor la luz, mientras que los segundos son ideales para transportar de un lado a otro y presentan una leve mejoría en la calidad de enfoque. A continuación, vamos a hablarte de las principales características de cada uno de los tipos de prismáticos existentes en la actualidad, y cuál de ellos escoger en función de su uso.

Prismáticos tipo porro: los clásicos y más popularizados

Uno de los tipos de prismáticos más popularizados y extendidos a nivel global son los de tipo porro. Su diseño óptico es el más representado en la cultura popular y es el más extendido entre los aficionados al senderismo y las actividades de montaña. Son muy fáciles de fabricar, y la nimia pérdida de luminosidad a través de sus lentes los convierte en una opción ideal para ejecutar amplificaciones de paisajes crepusculares, proporcionando en términos generales una mejor calidad de imagen.

No obstante, la construcción de sus lentes requiere de un mayor espacio que en otros modelos más modernos y vanguardistas. Son más anchos, ocupan más espacio y son menos prácticos de transportar. Eso sí, son muy apreciados por exploradores de todo el mundo, que además ponen en valor su capacidad para recrear efectos tridimensionales a las zonas enfocadas, algo que se debe en parte a la separación existente entre las lentes.

Es el tipo de prismático perfecto para las salidas y puestas de sol, ya que, al potenciar la luminosidad, es capaz de dar una visión mucho más detallada de los enclaves más oscuros. Además, su efecto en 3D es perfecto para realizar ampliaciones ajustadas y encontrar el equilibrio perfecto en la textura del enfoque, algo muy apreciado por paisajistas y fotógrafos de fauna salvaje.

Su construcción se bada en la adición de dos lentes de enfoque superpuestas, cuya interacción altera la percepción y el nivel de amplificación de la imagen. El ocular, en disposición más centrada, permite acoplar más cómodamente el ojo sobre el punto de visionado, ideal para exposiciones prolongadas o búsquedas exhaustivas de un objetivo en particular.

En cuanto a todos los usos que se le puede dar tanto al binocular tipo porro como al de techo, la guía publicada por LosMejoresPrismaticos.comportal web especializado en el estudio y la comparación de las mejores propuestas del mercado, es realmente útil e ilustrativa, al proporcionar información detallada no solo de las diferencias más importantes entre los tipos de prismáticos que puedes encontrar en el mercado, sino de todos los usos y prestaciones que tienes a tu alcance para sacarle el máximo partido a tus binoculares.

Prismáticos de techo: la opción más moderna

Por su parte, tal y como podrás comprobar en la guía para principiantes incluida en el portal antes mencionado, los prismáticos de techo son los que cuentan con un diseño más moderno y estilizado al ser, la mayoría de ellos, de nueva creación.  Su diseño óptico es muy elaborado, sobre todo comparado con los fabricados hace un par de décadas, contando con una apariencia mucho más elegante, un revestimiento antideslizante más estilizado y un acabado general que transmite unas sensaciones más satisfactorias.

Destacan por su ligereza, ya que los materiales empleados en su fabricación son mucho más livianos y ofrecen un nivel de resistencia equiparable a los prismáticos de tipo porro más novedosos. Eso sí, al sufrir sus lentes una reducción de la luz proyectada sobre las mismas, la imagen llega a nuestros ojos con un sombreado perceptible que oscurece el resultado final, siendo más apto para su uso en interiores o espacios más abarrotados. A pesar de su voluminoso diseño, están disponibles en una versión más compacta, ideal para amplificar la imagen durante eventos culturales o actuaciones en directo que tengan lugar a una distancia considerable.

Las diferencias en la ubicación de sus componentes son perceptibles si echamos un vistazo a su interior. Los binoculares de techo cuentan con un objetivo idéntico al de los prismáticos de tipo porro, pero su ocular está ubicado a mucha menor distancia de la superficie, impidiendo reposar los ojos en el característico soporte de los antiguos modelos y provocando que la luz ambiental pueda interferir en la proyección de la imagen. No obstante, este cambio en la posición del ocular permite obtener una imagen menos distorsionada, con un acabado general mucho más satisfactorio y permitiendo visualizar con total claridad la imagen, desde el centro hasta las esquinas.

Su prisma está compuesto por una pieza única, al contrario de lo que sucede en los modelos de tipo porro, lo que simplifica el diseño general y reduce las dimensiones de los modelos más modernos, lo que posibilita la fabricación de versiones enfocadas exclusivamente a actividades recreativas, como los prismáticos de teatro o los de ópera, adecuados a las características de este tipo de espacios y pudiendo transportarlos de manera mucho más cómoda que los destinados a la exploración.

Para compensar la falta de un segundo prisma, los binoculares de techo disponen de una lente de enfoque ubicada justo detrás del objetivo, capaz de ajustar el nivel de enfoque de la imagen de manera mucho más ágil que con los de tipo porro, lo que se traduce en una captación de la imagen ideal mucho más dinámica y efectiva.